La Delimitación del Páramo de Santurbán: Un Equilibrio Pendiente entre Conservación y Justicia Social

El Páramo de Santurbán, una de las fuentes de agua más importantes del país, vuelve a ser el centro de un debate que no parece tener una solución definitiva. La reciente expedición de la Resolución 0221 de 2025 por parte del Ministerio de Ambiente, que establece una nueva delimitación de la zona de reserva, ha generado reacciones encontradas: por un lado, la celebración de ambientalistas que ven en esta medida un paso necesario para la protección del ecosistema; por otro, la preocupación de comunidades locales que sienten que su voz no ha sido escuchada y que esta decisión pone en riesgo su sustento.

Más allá de las posturas enfrentadas, este es un momento para reflexionar sobre cómo estamos abordando la relación entre la conservación ambiental y el desarrollo de las comunidades que dependen de estos territorios. ¿Estamos encontrando un verdadero equilibrio o seguimos enfrentando estos temas como si fueran dilemas irreconciliables?

Un Conflicto que se Repite

No es la primera vez que la delimitación del Páramo de Santurbán genera tensiones. En 2017, la Corte Constitucional anuló una delimitación anterior por la falta de participación de las comunidades. En ese fallo, se estableció la necesidad de garantizar espacios de diálogo real y de construir soluciones conjuntas. Sin embargo, las reacciones ante esta nueva resolución sugieren que aún queda mucho por hacer en términos de concertación y participación efectiva.

Las comunidades de municipios como California, Vetas, Suratá, Charta y Matanza han manifestado su preocupación. Para ellas, la minería, la agricultura y otras actividades económicas no son solo fuentes de ingresos, sino parte de su historia y su identidad. La incertidumbre que deja esta resolución es grande: ¿qué pasará con quienes han dependido por generaciones de estos oficios? ¿Existen alternativas reales para que puedan sostener a sus familias sin poner en riesgo el ecosistema?

El descontento no es solo una reacción al cambio, sino a la forma en que este se ha gestionado. El diálogo debe ser más que un procedimiento formal; debe ser un ejercicio genuino de escucha y construcción de alternativas.

Protección Ambiental con Rostro Humano

La conservación del agua y la biodiversidad es una prioridad indiscutible. En un mundo donde el cambio climático y la degradación ambiental avanzan a un ritmo acelerado, proteger los páramos es una decisión responsable y necesaria. Pero esta protección no puede traducirse en el abandono de quienes han habitado y trabajado en estas tierras.

El gran desafío es diseñar un modelo de transición justa, en el que la conservación ambiental y el bienestar social no sean tratados como fuerzas opuestas, sino como objetivos complementarios. Para ello, es indispensable:

• Un diálogo profundo y continuo con las comunidades, en el que se reconozca su conocimiento del territorio y se les involucre en la construcción de soluciones.

• Alternativas económicas viables, como programas de empleo verde, ecoturismo, agroecología o incentivos para la restauración de ecosistemas.

• Seguridad jurídica y claridad en las decisiones, para evitar que la incertidumbre genere más conflictos o lleve a soluciones improvisadas.

Un Llamado a la Responsabilidad Compartida

Este debate no puede reducirse a una lucha entre ambientalistas y comunidades locales, entre Estado y ciudadanos, o entre desarrollo y sostenibilidad. La realidad es más compleja, y la única forma de avanzar es reconociendo que todos somos parte del problema y de la solución.

El Estado tiene la responsabilidad de garantizar que sus decisiones sean justas, equilibradas y viables en el tiempo. Las comunidades deben ser protagonistas en la construcción de alternativas que permitan proteger el agua sin destruir sus formas de vida. Y como sociedad, debemos replantearnos el modo en que valoramos nuestros recursos naturales y el bienestar de quienes los habitan.

La protección del Páramo de Santurbán no puede ser solo un acto de autoridad, sino un proceso de transformación que incluya a todos. Aún estamos a tiempo de construir ese camino.

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